viernes, 21 de noviembre de 2008

Si el jóven supiera...y si el viejo pudiera...

Dicen , que el desarrollo de una sociedad se mide por la forma en que trata a sus ancianos, nada más verdadero.

La naturaleza está creada de una forma tal que requiramos interdependencia para realizarnos como personas y llevar a cabo nuestra misión como humanos.

Una persona es sabia, por el mero hecho de haber vivido, es decir, no importa quien haya sido alguien, si es entrado en años, debe tener algo interesante para compartir, los viejos son la sabiduría del tiempo, condensada en cuerpos frágiles.

Por otra parte está la lozanía de la juventud, fuerza, brillo, ganas, poder en potencia, pero adolescente en sabiduría, lleno de ingenuidad, brios mal canalizados, naturalmente, por la falta del tino que solo dan los años,

oh!, acabamos de hacer un descubrimiento,

¿que tal si armamos un ser, con el físico de un muchacho de 20 y le ponemos el cerebro de un anciano de 90?, no por favor,el solo hecho me abruma!, estaríamos en los albores de una sociedad suprema en la que estariamos uniendonos, buscando fines comunes, es mucho pedir,

Ya dejando de soñar, pensemos en todo lo que tienen los ancianos para compartir, honrarlos es una obligación, ponerlos en un lugar privilegiado es mas que caridad, es actuar con inteligencia, pues el viejo está provisto de un gran disco duro capaz de sortear toda una vida de retos, de preguntas.

Cuidar nuestros viejos es cuidarnos a nosotros mismos, dejémos de pensar que les estamos ayudando, lo que estamos haciendo es preservándonos a nosotros mismos, y brindándonos la oportunidad de vivir una vida plena , con la fuerza de la juventud, y la sapiencia de los años.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Inflación e idolatría

Yo no sé mucho de economía, lo que no quita que me atraiga el tema, me guste, y hasta me sienta en la obligación moral de acercármele.

¿Alguno de ustedes sabe que es la inflación? - Básicamente, que el dinero pierde su valor, a medida que pasa el tiempo, en otras palabras: En Enero, Pepita compraba un bombón gigante en forma de Mickey Mouse con 100 pesos, y ya para el siguiente Diciembre, apenas puede comprar una chupeta pequeñita con los mismos 100.

Muy probablemente la mayoría de ustedes estará de acuerdo en que este fenómeno ocurre independiente de nuestro accionar como humanos. Ahora la pregunta:

¿Habrá alguno de ustedes, escuchado expresiones como: “ Estos carros de ahora no son como los de antes, ¡son desechables!”?

Yo estoy de acuerdo con el abuelo, a las cosas , cada vez les restan calidad, no son hechas para durar, para cumplir una buena función, no valen, no sirven!, las hacen efímeras , justificados en el hecho de crear la necesidad de un consumo continuado y reiterativo del mismo producto, así , decae la calidad y aumenta la superficialidad.

Sigo preguntando: ¿No creen que al ritmo que va la inflación, superpuesto el ritmo que crecen las ganancias “multiplicadas” del comercio de productos, el balance final, ronda al cero?

De ser así, no creo que tenga sentido esa carrera loca por acaparar clientes a granel, que se pasean voraces una, y otra vez a comprar mas de lo mismo, y cada vez mas malo, total, los réditos reales, están siendo nulos.

Aquí viene algo, yo se que es duro de entender para muchos (me incluyo):

¿Estaremos acaso desconociendo al Creador, Proveedor y Sustentador de toda la materia?
Fallamos en la confianza, cuando no hay satisfacción al entregar lo mejor de nosotros , nuestra “mercancía” a los “clientes”, teniendo la certeza que si cumplo con mi parte, El encontrará los medios para sostenerme, no importa que mi “cliente” no tenga que volver por mas, habrá siempre quien venga a querer dejarme su valioso dinero a cambio de lo que yo pueda dar.

Siento mucho decir que hay que prestar atención hacia el mandamiento que prohíbe la idolatría, el del robo, y el de no comer partes de un animal con vida, este último, al utilizar mal (en exceso) los recursos de la tierra y causar desequilibrios.