martes, 7 de agosto de 2007

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No es un programa, ni una oferta en Internet, y es que en este tiempo de tecnología y consumo excesivos, parece que las formas, y los objetos van tomando (les damos) un valor por si mismos (a si mismos) , que no les corresponde, cuando lo máximo que pueen hacer es cumplir con alguna función en el plano físico. Más allá de los objetos, está su transformación, y mas allá, las ideas que los producen, ¡Eso si es fascinante!, el origen de las cosas. El dinero puede ser una excelente herramienta, pero no más. Así, el enfoque que debemos darle a nuestros esfuerzos está en el origen, no en las consecuencias. EL provee todo, y a nosotros se nos permite actuar, tratando de emularlo en ciertas cosas, administrando nuestros bienes materiales; ahora bien, si aparentemente carezco de bienes materiales, es bueno echar un vistazo mas detallado y caer en cuenta de un bien muy preciado, que como todo lo valioso, es invisible a los ojos: Nuestro cerebro, nuestra boca y nuestra capacidad de hablar. Menciono estas tres pues son fundamentales para lo que trato en este texto.

Dicen los sabios, que la única razón por al que D-os nos pone en "problemas" es para motivarnos a rezarLE, y que esta a su vez, debe ser la principal función del habla, pues preguntémosLe por ideas que estén acordes con Su plan, ideas para materializar, para procesar con nuestro cerebro y moldear con nuestras manos, de ser preciso; pidamos lo realmente valioso: cuidar de nuestra alma construyendo el mundo tal como EL se lo indicó a Noaj. Y no hay que tener dotes proféticos para darse cuenta que las consecuencias serán la auténtica prosperidad, en paz a la manera de D-os.