Si supiéramos con certeza, que esa sensación que se produce entre la garganta, el tórax y a veces hasta las extremidades, se llama sufrimiento, entonces podríamos decir que cuando sufrimos, sentimos que hay casi siempre algo que involucra al otro, encontrarse con el otro duele, o mejor, el querer hacerlo y no lograrlo. Aún cuando los sentidos logren tratar de decirnos que es en efecto un encuentro, lo que percibimos es apenas la puerta de entrada y las más de las veces, nos quedamos ahí. Encontrarse duele, mas cuando lo hacemos mediante las percepciones exteriores, mirarnos, incluso hablarnos, produce sinsabor, vacío, pareciera que no pudiéramos pasar de los medios. Que esa barrera infranqueable, el ego, fuera un absoluto.
¡Que solo que estoy!, me voy a ver a alguien , utilizo la vista, la cual me permite un primer acercamiento, depende de lo que vea allí, seguiré hasta lograr otro nivel, una capa menos, hablar, quizás, se encuentre en un nivel diferente, y es allí, donde empieza nuestra aventura hacia el interior, hacia la esencia humana. ¿Cuantas veces llegamos a comunicarnos, hablando? -> muy pocas, las modas, la indulgencia sexual, la baja calidad artística, hacen que nuestro barco encalle, muy pronto salió de puerto.
-> Tocar, hablar, mirar, oler, escuchar, degustar, todos canales distintos, cada uno con la posibilidad de conducirnos hacia lo que realmente somos, hacia Ese Lugar que no sabe de vestirse, comer, hablar, tocar, escuchar, solo de existir, de ser, de emanar. B'H', quiero ser uno contigo, siento haber escogido en muchas ocasiones el camino fácil, rebelándome, porque no es fácil llegar a Ti, hace falta dejar de "ser", a la manera usual.
viernes, 18 de enero de 2008
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